Darles un techo transitorio o darles de comer marcará una gran diferencia para aquellos perritos que no tienen un hogar.
Muchas son las dificultades por las que pasan los perritos callejeros durante toda su vida. Tienen hambre, son vulnerables a los maltratos y están expuestos a enfermedades.
Sin embargo, es durante el invierno y, sobre todo con las lluvias torrenciales, cuando estos perritos peor la pasan.
Pero las personas que aman a las mascotas siempre pueden hacer algo para darles una mano en esos momentos difíciles, como lo es ayudarlos en un temporal.
Recordá que los perros callejeros no cuentan con un refugio y deben hallar un lugar en el que pasar la lluvia.
Puede parecer que como están acostumbrados a rascarse con sus propias uñas realmente no necesitan de nuestra ayuda, pero eso es un error.
¿Qué hacer?
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Un buen punto de partida es proporcionales a aquellos que viven cerca tuyo un lugar para que se cubran de la lluvia, poner un techo sobre sus cabezas. Para ello puede bastar con poner un plástico agarrado a tres árboles.
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En este mismo sentido, podrías dejar que estos perros se refugien de la lluvia en la entrada de tu casa. Otorgándoles un espacio transitorio.
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Junto a otros vecinos pueden armarles un hogar temporal a los perritos callejeros que viven en tu barrio.
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Los más jugados pueden incluso abrigar a los callejeros con ropa en que dispongan, lo mejor es los abrigos estilo tipo parka para que los proteja del agua.
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Alimentarlos es vital, y las pastas son lo mejor para que reciban la energía necesaria para enfrentar la lluvia y las bajas temperaturas.
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Hay que estar atento a la respiración del perrito. Si lo hace con dificultad o presenta tos intenta llevarlo al veterinario.
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No lo descuides. Es decir, luego de brindarles un techo o de darle comida no te olvides de él. Visitalo y comprobá que está bien, cómodo y protegido de la lluvia y el frío.
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Al día siguiente o cuando termine el temporal anda a ver como está, ya que podría presentar complicaciones respiratorias como la traquiditis, que es el equivalente a la amigdalitis en los humanos, por ejemplo.
Fuente: La Cuarta